domingo, 20 de marzo de 2016

#1 La Divina comedia



Divina Commedia
 

William Blake: El torbellino de los amantes,
Francesca da Rimini y Paolo Malatesta (1824 – 1827)
Autor: Dante Alighieri
Año: h. 1308-1320
Género: Poesía alegórica

En todas las listas de obras maestras de la Literatura universal, se encuentra esta obra, y en la mía no puede faltar y con el número uno (es que El Quijote va en la lista de novelas). Reconozco que no es un libro fácil para el lector medio.

Primero: es poesía, lo cual significa que la mayor parte del encanto se pierde en la traducción, pues el traductor nunca podrá ser, en su lengua, tan bueno como el autor original en la suya. Pongamos como ejemplo uno de los fragmentos más conocidos (Infierno, III):

Dinanzi a me non fuor cose create
se non etterne, e io etterna duro.
Lasciate ogne speranza, voi ch’intrate.

Lo que en español queda algo así como

«Antes de mí ninguna cosa fue creada
sólo las eternas, y yo eternamente duro:
¡Perded toda esperanza los que entráis!»

No hay color.

Segundo: estamos ante una alegoría, donde unas cosas significan o evocan otras distintas, y todo está planificado según una lógica del pensamiento medieval. Tiene un sentido hasta la machacona insistencia en el número 3, el número de la Trinidad: escribe en tercetos una obra que divide en tres partes, cada una compuesta por 33 cantos, nueve círculos del infierno (33)...

Si lo lees todo seguido como si fuera una novela, te parecerá monótono. Dante se pierde en una selva oscura, lo atacan los animales y se encuentra con Virgilio, el cual lo lleva de viaje por el Infierno primero y el Purgatorio después. En el Paraíso son sus guías Beatriz y San Bernardo. Dante reparte gloria y castigo entre personajes hoy desconocidos. Francamente aburrido.

Pero de lo que se trata es de no leerlo así, sino despacio, intentando comprender a quién te está presentando en cada momento, por qué se estima que cada uno merece estar donde está en este ordenado mundo metafísico: en qué círculo del Infierno, en el Purgatorio, en el Paraíso. Qué simboliza cada cosa, cada personaje. Y sólo una vez que has comprendido en profundidad lo que yo llamo el «nivel mítico» de un libro, es cuando puedes empezar a disfrutar.

Sólo de esta manera, con todo el bagaje de historia y pensamiento medieval, esta maravilla cobra sentido. Afortunadamente, la leí en un momento en que tenía gran parte del siglo XIII en la cabeza y todo encajó como un mecanismo de relojería. Reconozco que hoy me costaría más.

Es una de esas obras maestras únicas de la ha inspirado el arte y el pensamiento europeo durante setecientos años. Ha influido en la filosofía y en la literatura, en pintores (de Botticcelli a Doré o William Blake) y músicos,... como una piedra tirada a un lago, las ondas de la Divina Comedia llegan hasta lugares insospechados.

Os dejo con un enlace a la actuación de una bailarina que escogió la música de «Concierto en mi menor (versión 1798)» de Preisner, de la banda sonora La doble vida de Verónica (Kieślowski, 1991); los versos pertenecen precisamente al Canto II del Paraíso.

O voi che siete in piccioletta barca,
desiderosi d'ascoltar, seguiti
dietro al mio legno che cantando varca,

tornate a riveder li vostri liti:
non vi mettete in pelago, ché, forse,
perdendo me, rimarreste smarriti.

L' acqua ch' io prendo già mai non si corse;
Minerva spira, e conducemi Apollo,
e nove Muse mi dimostran l' Orse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario