miércoles, 28 de diciembre de 2016

#11 Scheherezade



Scheherezade (Шехеразада), op. 35
Retrato del compositor Nikolái Rimski-Kórsakov (1898)
Por Valentín Aleksándrovich Serov
Galería Tretiakov
via Wikimedia Commons




Compositor: Nikolái Rimski-Kórsakov 
Fecha de la composición: 1888


Un toque oriental en el corazón de la música rusa.

En esta lista de cien mejores composiciones de música clásica sólo incluyo una de Rimski-Kórsakov, esta suite orquestal plena de fantasía y color, en la que el compositor recrea pasajes de Las mil y una noches. Posiblemente sea su obra maestra sin paliativos.

Tampoco es que pretenda ser una música programática. Le puso títulos a cada uno de los cuatro movimientos, luego los quitó, pero al final todo el mundo los utiliza: "El mar y el barco de Simbad" es el primero.

Es una de esas composiciones fácilmente reconocibles, que te deja volar la imaginación, te arrebata con su entusiasmo.

Rimski-Kórsakov fue un compositor prácticamente autodidacta. Su familia le mandó a una academia naval siendo casi un niño, porque quería que fuese oficial de la marina imperial rusa. Como esto de la música le apasionaba, estudió por su cuenta y hasta llegó a ser director del conservatorio de San Petersburgo sin tener ningún título. Ya les vale, ¡un cargo por sus propios méritos! ¿Dónde se vio? Bueno, pues a veces pasa.

Quizá esa ausencia de formación académica le ayudó a no cerrar la mente a las músicas más ligeras, como el folclore del país, y esto ayuda a que introduzca en sus composiciones clásicas melodías más populares, más alegres, pegadizas, en suma.

Como no incluyo más obras de este autor entre las "Cien de música clásica", se le puede seguir escuchando con otras dos obras orquestales: Capricho español (1887, también nosotros éramos exóticos para ellos) y la Obertura de la gran Pascua rusa (1887-88).

Para saber más, la wikipedia. Si ponéis en You Tube “Scheherezade Rimski-Korsakov” aparecen unas cuantas interpretaciones. Por poner una, aquí está el enlace a una interpretación del festival de Salzburgo 2005, con la Filarmónica de Viena dirigida por Valeri Guérguiev, ese director tan bueno que siempre parece que necesita un afeitado.

A la hora de elegir una grabación para nuestra discoteca, creo que no hay duda de que la dirigida por sir Thomas Beecham con la Real Orquesta Filarmónica para la EMI es una de las mejores. Le ponen un rosetón en la guía Penguin de música clásica. Además, viene acompañada por las Danzas polovtsianas de Borodín.

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